Desde pequeña soñé tener una familia, soñaba ser mamá y me imaginaba la maternidad sin muchas de las cosas que hoy han sido y son un reto. Igual, no cambiaría por nada mi historia. Volvería a ser mamá.
Llegue al sueño infantil por mi primer hijo Miguel. Fue un embarazo bonito, el parto también… Todo este proceso fue acompañando de abuelos, tíos y amigos que con mucho amor cuidaron y me ayudaron con Miguel, pero después de varios meses sentí que no podía más, estaba agotada, me sentía irritable y yo soy una mujer tranquila, MUY tranquila. ¡Yo no estaba disfrutando ser mamá! Y ahí fue donde dije: ¨ necesito ayuda.¨ No estaba estableciendo rutinas y hábitos saludables y me dejé llevar por mi instinto, el que siempre me guía.
¡Lo logramos! Aprendí a establecer límites, rutinas y buscar mi bienestar. Cuando empecé a vivir mi maternidad de manera consciente, la empecé a disfrutar mucho más. También retomé mis sueños, mi tiempo, mi relación en pareja… Volví a ser yo: una mujer que siempre soñó ser mamá y no perderme o desvanecerme. Gracias a este proceso, estoy aquí.
Migue fue mi maestro, me mostró que los hábitos saludables y las rutinas son fundamentales en la crianza.
Mamá, es lo primero que digo. Quizás, porque es en lo primero que pienso: en mis hijos. También, porque es el amor más poderoso que he conocido y entonces, me abarca la vida. Es natural: cuando ellos llegaron, me cambiaron el rumbo, el horizonte. Por fortuna, me he gozado este rol —que es para siempre— con los sentidos despiertos, el corazón abierto y las noches tranquilas.
Es mi eje central,
mi motivación,
mi inspiración…
MI HOGAR
Podría resumirlo en poco: sintonizar los sueños de todos y acompañarte a disfrutar tu maternidad.
Pero en realidad es mucho más: una familia consciente que tiene hábitos saludables, es una familia feliz.
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